[Yo confieso ...ante ustedes hermanos, que he pecado mucho...].

Ellos quedan solos falsificándose
arremolinan disolutos
ideas carnívoras en vasos de saliva
criticando penumbras soterradas juegan al vicio
vicio jadeante que sumerge y excita
droga caída en celestes innombrables
armados con ojos dentados
bocas que son penes gigantescos
y vaginas religiosas galopan
confieso que galopan libertinos
por novilunios de absurdez
confieso que vuelo con ellos
confieso que nazco de una caricia
de esos amantes psicotrópicos
ellos me imaginan
soy su muerte verdadera
detrás de gemidos ardientes
me profesan prosélitos
exploran cavidades inciertas
manos humeantes
poros calcinos
dedos carboníferos
la humedad con olor a lumbre
se lamen los principios
succionan las metáforas sanguíneas que ebullen de labios superiores
me llevan al infierno
y voy desintegrándome con ellos
son ellos sin individualidades esta vez
que van licuando un coito universal
con impiedades fantasmagóricas
locas sobre naturales
es un momento en el que nadie sale y nadie entra en el mundo
tienen la llave que forja la existencia
ecos como crímenes lacrimógenos quedan en la anchura de su espalda
listos para el éxtasis para la caricia embrujada

ellos se comen se trituran

la
vida
orgánica

copulando kilómetros sustanciosos
trogloditas en grado cero antropófagos volátiles

espíritus forrados de caricatura

…digo ellos porque… somos nosotros.

Del libro: Confusión de Cuerpos.