Narciso no sabe que él es Narciso,
va tan absorto en sus propias huellas
que no consigue ver
ni las señales de su copiloto.

Sin darse cuenta que el puzle suyo
en realidad es otra pieza
que forma parte de un puzle
más grande.

Creyendo que juega al tenis,
cuando realmente
está jugando al Yo-Yo.

¿Te imaginas a un puerto
incapaz de recibir mercancías
desde el otro lado del mar ?