
Cuando la suerte toca la puerta ( relato en dos capítulos 1/2)
por Beto Brom hace 3 meses
Una tarde estábamos caminando con Martha, mi cercana amiga entonces, y pasamos frente al kiosco de Marcelina; allí en la vidriera, como de costumbre estaban colgados de unos finos alambrecitos, los billetes de Lotería de la semana, y así se podrían verse desde la calle para elegir el número deseado.
Le insinué que compráramos un billete y quizás la suerte nos daría una sorpresa…ella aceptó, entramos, elegimos, pagamos y nos fuimos contentos…
Desde aquel momento comenzamos a dar libre albedrío a nuestra imaginación ilusionándonos con lo que compraríamos en el supuesto caso de acertar con el número elegido. Éramos una parejita de quince años, y nuestra mente joven y sana no tenía límites.
Apenas llegué a casa, comenté a mis padres que el próximo viernes, nos ganaríamos la Grande (así se la denominaba) con Martha.
Entusiasmado con las sonrisas de la familia ante mi seguridad sobre el futuro y supuesto premio, continué contando sobre el asunto a todos mis amigos, parientes, gente del barrio, compañeros del colegio…en fin compartí con mi pequeño mundo mi alegría.
Además, le prometí a mi colega/socia, que en caso de que nuestro número °12246°, sea el favorecido, lo cual lo veía con algo seguro, iría al colegio donde ella concurría y solicitaría sacarla en medio de las clases. Ella, con una amplia sonrisa, aceptó la propuesta.
En aquel entonces teníamos en el garaje de casa, un pequeño negocito, que lo atendíamos mi madre y yo.
El viernes, día del sorteo, yo estaba como todas las mañanas atendiendo el negocio y mi madre dentro de la casa ocupada en los quehaceres domésticos.
...........
CONTINUARÁ
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