
Si intento caminar entre montañas dejaré que
la yerba crezca por la ladera,
que los rayos de sol penetren por la arboleda
junto al resplandor del arcoíris
y el canto de las cigüeñas.
Caminaré firme y constante,
como un colibrí en su aleteo
sin brisa, ni viento,
y que solo me acompañe la paz y el silencio.
Y al amanecer cuando
el sol se ponga sobre el horizonte y un aurea de...